Firmas, Santo Tomás de Aquino y el camino hacia Dios por la conducta social
- Editorial
David Laguillo
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- Falsificar una firma abre la caja de los truenos de la moral laxa
- Si algo similar se repite quizá deberíamos plantearnos la necesidad de que un ente jurídicamente superior al Ayuntamiento de Torrelavega instase a celebrar elecciones anticipadas
Feos asuntos deben de pasar por la mente de una persona que falsifica la firma de otra persona. Peor todavía, si esa persona que empuña la pluma para falsear un documento ostenta cargos de responsabilidad en un ayuntamiento, cargos para los que se presupone la necesidad de una serie de cualidades morales de rectitud necesaria para ostentar cualquier cargo público.
La doctrina política de Santo Tomás de Aquino sintetiza sus propias creencias cristianas y la política aristotélica. En este sentido, Santo Tomás entiende que el hombre tiene un fin sobrenatural pero debe conseguirlo mediante su actividad y vida en el Estado, entendiendo además que el hombre es un ser político que vive en comunidad, lo cual exige un gobierno que mire por el bien común.
Varias leyes deben gobernar tanto la vida política como la vida personal: leyes humanas y leyes morales. Todas ellas fueron vulneradas por el puño que ejecutó la traición hacia el camino de la búsqueda del bien común.
Nunca más debe repetirse algo así; de lo contrario quizá deberíamos plantearnos la necesidad de que un ente jurídicamente superior al Ayuntamiento de Torrelavega instase a celebrar elecciones anticipadas.
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