{xtypo_dropcap}E{/xtypo_dropcap}l tiempo sigue dando la razón a los malos augurios y Torrelavega continúa cayendo al fondo del foso, sin aparente remedio. Torrelavega necesita una luz y una esperanza para seguir adelante y mejorar, sobre todo mejorar, esta penosa situación económica, laboral y social que se está viviendo.
En breve, no sería raro que la conflictividad social aumentase según aumenta la pobreza y el concepto de marginación y desprotección se universaliza en la ciudad y en la comarca.
Necesitamos, por tanto, una luz y una esperanza.
Hay que estar ciego para no ver, hay que estar sordo para no oír y mudo para no hablar pues la palabra, al fin y al cabo, es gratis y es de las pocas cosas que no podrán quitarnos.
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