Antiguos aprendices de Solvay celebran una comida de hermandad

El pasado viernes 17 de junio, coincidiendo con el mismo día y mes de su entrada en la fábrica de Solvay en Barreda, pero del año 1963, la cuarta y última promoción de Aprendices de la multinacional belga, se volvieron a reunir en una comida de hermandad, celebrada en Cortiguera.

De aquellos jóvenes, un total de 32 que entraron a formar parte de esa última Escuela de Aprendices, con edades que oscilaban entre los 14 y 16 años, se juntaron nuevamente para recordar a aquellos tiempos en los que compartieron enseñanzas teóricas y practicas que les sirvió, a la gran mayoría, para encontrar un trabajo en la misma empresa hasta su jubilación, cuatro décadas y después.

En el encuentro, en el que han participado 25 antiguos aprendices, volvieron a recordar aquellos cuatro años de preparación intensiva que tan buen resultado dio a la empresa, pues respondía a sus propias necesidades de contar con personal directamente preparado para realizar funciones especificas y de responsabilidad que les llevo a ocupar desde la Jefatura de Personal a mandos intermedios o técnicos muy cualificados en los diferentes procesos de fabricación o en sus talleres de calderería, eléctrico, carpintería, ajuste, medidas y control, etc., por donde habían pasado en su aprendizaje, siguiendo un proceso de rotación, empleando en la formación práctica cinco horas cada día, más las 3 de formación teórica, por lo que y como dato anecdótico, además recibían un salario de 25 pesetas por día laborable

La gran mayoría de aquellos aprendices han cumplido su vida laboral en Solvay de Barreda o en otras fábricas del grupo o bien en actividades empresariales u otro tipo de ocupaciones y todos, en general, mostraron su satisfacción de haber llegado a disfrutar de su situación actual de jubilación por edad o anticipadamente, expresando su intención de continuar con estos encuentros anuales.